martes, 18 de noviembre de 2008

También uno se muere bebiendo pesadillas

Tengo los ojos mudos de fotografías absurdas, la memoria repleta de alegorías, la mente confusa. Depronto em pregunto si mis sueños son líquidos o se me escurren mientras duermo. Todo es posible en mis sueños. Incluso, es posible inventar imágenes de mí sin mí o de ti sin ti.

Me intriga que, nunca dejarás retratarte mientras imagino el panorama, está de más. No estás aquí, no me dejas estar allá y me brotan ideas inexistentes o próximas a nacer. Y comienzo a pensar si permitirás algún lejano día imprimir mis ideas con tu tinta.

Soles de papel encienden mis anhelos, cuando viajan por mi mente los flachazos de tus pares tan perfectos. Sabes de cuales hablo, aunque existen varios, en sólo uno me concentro.

Y de verdad, aunque no sé mucho de poesía, alguna vez me pregunté si en los sueños nos permitimos escribir poesía visual? porque si es asi, un montón de bolitas se adueñan de mi cama. ¿Y luego? ¿qué se hace cuando se tiene un volcán debajo de las vértebras? Si bien lo sé y mal lo dudo, eso lo provocas tú.

Mi memoria, es una máquina donde se fabrican sueños, y aunque ultimamente tienda más a decepcionarte que a encantarte, sueño que estás al otro lado, viendo mis pupilas, y es entonces cuando soñar adquiere otro significado para mi.

lunes, 1 de septiembre de 2008

De punta desgastada

Ella creía ciegamente en él.

Él notaba algo extraño en ella.

Ella caminaba por la adversidad,
obviamente esperando su encuentro con él.

Él vivía una locura con otra.

Ella le rendía cuentas a él.

Él intentaba terminar con ella.

Élla rogaba al cielo por él.

Hasta que él acabo con ella.


viernes, 25 de julio de 2008

La diferencia entre el secreto y el silencio abundante.

No quería creerlo, pero sucedió.
Sucedió aquella noche intrigante, extraña.

No podía desvanecerlo, pero seguía la duda.
La duda aquella de la fuerza, como inercia.

De pronto, todo me llevo a ese lugar, como el viento fluye a la misma dirección. (El poder de la carga negativa atrayendo al elemento mas positivo, sin dudar).

No acostumbraba hacerlo, mucho menos en un horario elevado, eminente.
Ya estaba ahí, y no lo pude soportar.

Lo más parecido a una mezcla homogénia de miedo, cobardía, impotencia y resignación. Eso era. DESESPERACIÓN. Cómo dejar a una paloma mensajera agonizando en una jaula sin salida.

Mi hipófisis en la cima de explosión y la sangre transitaba a mil en mi cabeza, sin dejar de pensar; deja tú, de cuestionarme, una, otra, otra y otra vez.

Ya eran las 4:00 de la mañana, el ambiente era frío pero mis pensamientos lo eran más, sumergían la temperatura, ahogándola.

Entre una y cien preguntas, daba vueltas volcándome en el colchón y enredándome en las sábanas rosadas. La incandescencia se hacía notar, retachando el inolvidable resplandor del 28 de diciembre.

Aquel sonido lejano de una sirena perdida, se aproximaba rebotando en mis oídos, como un movimiento interminable queriendo convertirse en un laberinto en mi sentido.

Despierta! DESPIERTA !
Y en un abrir y cerrar de ojos, la ambulancia invadía mi territorio.




miércoles, 23 de julio de 2008

Como si la espera fuera la clave de la circulación, y al final, la aventura.

Cuando se presenta el momento de ruptura entre aquellos que se van y aquellos que se quedan, pareciera germinar la sensación inevitable del no retorno. Para los que se van representa, de algún modo, extirpar una raíz muy profunda de su ser, ya que su partida abriga la esperanza, talvez lejanía, de una reconquista de sí mismos, así como la única alternativa que la vida les ofrece para salir de la "debilidad rutinaria".

Para aquellos que se quedan, la aventura de los suyos tiene la posibilidad de convertirse en hazaña. Aquellos que han partido rendirán frutos y día a día harán cosecha y fortalecerán sus expectativas, dotandolas también de una buena dosis de resignación.

Cualquiera de estas dos posibilidades no despeja ninguna incertidumbre y tan es así que para MI la palabra "ausencia" siempre será difícil de entender, y sobre todo, calibrar!

lunes, 21 de julio de 2008

Un paseo analítico y tradicional

(Mi primera "crónica" entre el bachillerato y la universidad. Hace bastantes años atras, de lo mas bajo y rescatado de los primeros cd´s quemados a 4x. Recuerdo la experiencia, como si hubiera sido ayer... FATAL)

Eran las 11 de la mañana (con cuarenta), cuando después de estar un poco más de 10 minutos sentada en una banca oxidada y rayada seguramente por algún grupo de jóvenes pandilleros de la colonia Las Villas, enfoco a unos metros, que por fin viene el camión que yo esperaba, con un letrero que decía “Multirutas”. Frenó en seco.

Anexo mis pies sobre una escalera de metal, subo tres escalones y le doy una moneda de dos pesos a un señor de muy mal aspecto, que con un tono un poco agresivo me dice: “son cinco pesos muchacha”, entonces saco de mi monedero gatúvelo tres pesos más y se los doy.

Al darme cuenta que no había asiento disponible, opté por detenerme de un tubo que se encontraba en la parte superior del autobús. Fui desplazándome hasta llegar a un taburete desocupado en la parte trasera, pero también, se apoderó de mi la desconfianza peligrosa, ya que se encontraba un trío de hombres mal vibrosos y con aspecto sospechoso.

El chofer conducía con una persona que según parecía, era su acompañante de cabecera, todo el camino intercambiaban palabras y le ayudaba a cobrar. Llegamos a un abarrote mejor conocido como “El changarrito” y el joven bajó a la tienda por 5 minutos aproximadamente. Después se subió con dos tortas y dos coca-colas de un litro. Al parecer era la hora del “lonche”.

Al pasar por Ley Sahuaro, el camión se vació, fue mucha la gente que se bajó por aquel rumbo y lo único que el chofer les gritaba era: “la bajada es por la puerta de atrás”. Se escuchó la voz de un señor que contestó: “Ni madres, me bajo por la puerta de enfrente porque por la de atrás me vas a sembrar”.

Llegando al periférico poniente, fue cuando decidí pararme para bajar y gritar la tradicional frase: “Bajaaaaaaan” !!!

Tengo pies de nubes, mares en el cielo.

Dejando fluir mis recuerdos visuales y navegando en la oscuridad ventilada de mi cuarto, son las 3 con 28 minutos en mi adelantado reloj, cuando acentuando tu perfil y subrayando la parte superior de tu conjunto, me declaro instantáneamente admiradora vagabunda de tu atractivo físico y aún víctima de la tentación.

Sabiendo que me resulta “básico” entretejerte en mis piernas hoy no muy rasuradas, no termino de convencerme del inesperado tiempo fugaz y lo feliz que me dejaste.